Grifo monomando



Di la luz del cuarto de baño. Pulsé el interruptor de la derecha que enciende tres halógenos. No es una estancia amplia y fui al lavabo. El grifo cromado es de esos monomandos en los que dependiendo de si el émbolo está a la izquierda el agua sale caliente y a medida que se va moviendo hacia la derecha su temperatura vira a la tibieza. Ahora al estar en verano sería excesivo decir que sale fría. El plato es de cerámica rosa pero muy desleída y de una amplia concavidad de modo que es improbable que las gotas, incluso aunque el grifo esté completamente abierto, lleguen a salpicar. Un día me dio por pensar en el motivo por el que los lavabos tienen la curvatura que tienen y la relación con el tamaño completo del cuarto de baño. Esto debió ser un pensamiento de domingo por la tarde y recuerdo que acto seguido me fui a echar la siesta. Además, el caudal de agua aumenta a medida que se sube el mando. En esta altura de la casa sale agua de sobra, quiero decir que no tienes la sensación de que podría salir más y te quedas esperando hasta que eso ocurra. Una de las vecinas de los pisos altos me ha dicho que hay días en que para aclarar el cepillo de dientes debe poner el tapón para hacer presa.


Agarro el jabón. Ahora tenemos un jabón de pastilla de color verde. Nunca me he parado a pensar de donde salen los jabones. Suelen estar por algún rincón de la casa y normalmente no sé cómo han llegado allí. Esta pastilla es un claro ejemplo de lo que digo. Además, es un jabón que no tiene un olor especial ni nada que se le parezca. No podría decir que deja ningún tipo de olor. Recuerdo que el jabón que teníamos hace dos jabones era el regalo de una amiga que se fue de vacaciones a Cerdeña. Parece que allí el jabón es un producto típico. Recuerdo esa sensación después de enjabonarme… se podría definir como una cremosidad que permanecía después de haberme secado las manos. También iba acompañado de un ligero perfume que afortunadamente no duraba mucho. No sé, respecto a los olores no me importa que las cosas huelan a algo, siempre y cuando sea breve. La jabonera representa dos manos de cerámica entrelazadas de color blanco con ribetes dorados. Casi siempre quedan restos en su superficie que hacen que al depositar el jabón resbale y tenga la inercia de irse curvatura abajo hasta el sumidero, cosa que normalmente no sucede, pero permanece sensación de inestabilidad al depositarlo, con la certeza de que un día ocurrirá.


Comments